Este informe defiende el papel de Osio de Córdoba y su santidad. El único motivo por el que Osio no entró en el santoral de Occidente radica en la firma de la fórmula filoarriana de Sirmio. El autor reconoce que es particularmente injusto negar el título de santo en Occidente a un obispo a quien la Iglesia debe tanto, solo por un error de juicio ocurrido en el extremo final de una vida llena del amor de Cristo.
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