Los estados de bienestar han sido criticados en los últimos años por ser más adecuados para la protección económica que para los “nuevos riesgos sociales”, que no están principalmente enraizados en la clase, sino que están más estrechamente vinculados a las fases de la vida, la demografía y el género (Alber 1995, Esping -Andersen 2002). El centro de estos riesgos son las necesidades de atención a largo plazo, que son universales humanos, pero en muchos países se han incluido recientemente como una responsabilidad del Estado de Bienestar y, como tales, representan un área en expansión de muchos Estados de Bienestar modernos. La atención a largo plazo (LTC) se define aquí como la asistencia práctica y personal en la vida diaria a las personas con discapacidades físicas o mentales durante períodos prolongados de tiempo. Por lo tanto, LTC se refiere a las necesidades a largo plazo y a las actividades de la vida diaria, no a la atención médica especializada. Comenzamos nuestras vidas como totalmente dependientes de los demás, y la mayoría de nosotros terminará nuestras vidas después de un período de dependencia en la vejez. Por lo tanto, las necesidades de atención a largo plazo pueden aparecer en cualquier momento del curso de la vida, pero este documento se concentra en la vida posterior y en las personas mayores. Por lo tanto, este documento primero ubicará el cuidado a largo plazo noruego dentro de un contexto más amplio, el llamado modelo escandinavo: ¿Podemos identificar un régimen de bienestar escandinavo y, dentro de este, un modelo distinto de cuidado a largo plazo? Si es así, ¿cuáles son las características definitorias de este modelo? La segunda sección describe la atención a largo plazo noruega más específicamente en términos de servicios y beneficios, elegibilidad y estándares y cómo se han desarrollado estos patrones. La tercera sección identifica tendencias y controversias recientes en la gobernanza y los mecanismos de financiación, y en qué medida estas tendencias representan una convergencia hacia otros modelos, o se ven mejor como revisiones dentro del modelo y, por así decirlo, como cambios al servicio de la estabilidad. El tema de la sostenibilidad se aborda en la cuarta y última sección, incluyendo los temas de equidad y la legitimidad de las políticas y prioridades vigentes en la población.
Welfare states have been criticized in recent years for being more adequate for economic protection than for “the new social risks”, which are not primarily rooted in class, but are more closely linked to life phases, demography, and gender (Alber 1995, Esping-Andersen 2002). Central among these risks are the needs for long-term care, which are human universals, but are in many countries only recently included as a Welfare State responsibility, and are as such representing an expanding area of many modern Welfare States. Long-term care (LTC) is here defined as practical and personal assistance in daily life to people with physical or mental disabilities over sustained periods of time. Thus, LTC refers to long-term needs, and to activities of daily living, not to specialized health care. We start our lives as totally dependent upon others, and most of us shall end our lives after a period of dependency in old age. Thus, needs for long-term care may appear at any part of the life course, but this paper concentrates on later life and older persons. This paper will therefore first locate Norwegian long-term care within a larger context, the so-called Scandinavian model: Can we indeed identify a Scandinavian welfare regime, and within this, a distinct long-term care model? If so, what are the defining characteristics of this model? The second section describes Norwegian long-term care more specifically in terms of services and benefits, eligibility and standards and how these patterns have developed. The third section identifies recent trends and controversies in governance and funding mechanisms, and the extent to which these trends represent a convergence towards other models, or is better seen as revisions within the model, and so to speak as changes in the service of stability. The sustainability issue is addressed in the fourth and final section, including equity issues and the legitimacy of current policies and priorities in the population.
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