Verónica Concha González, Mª Dolores Méndez Méndez, Paloma Aranguren Rico, Noelia Martínez Menéndez, Patricia Guerra Mora
Hasta hace pocos años, cuando pensábamos en los problemas de adicción creíamos que era un problema que afectaba principalmente a los varones. En el momento actual, se conoce que la adicción es común a ambos sexos. Sin embargo, sigue siendo habitual que intervengamos sin atender a las necesidades y demandas propias de hombres y mujeres. Los modelos sociales, ejercen una gran influencia en las relaciones que ambos sexos mantienen con las drogas haciendo que consuman de forma diferente y por motivos distintos. Las mujeres con adicciones ya sean con o sin sustancia, sufren una doble penalización social y moral, por ser mujeres y por ser consumidoras, trasgrediendo los roles asignados a su género. Esta doble penalización redunda en una falta de apoyo del entorno social inmediato, familia incluida, a la par que provoca que oculten su consumo y por tanto tarden más tiempo en pedir ayuda o hacerlo público. Estos dos factores dificultan que puedan acceder en igualdad de condiciones a servicios y/ o tratamientos relacionados con las adicciones, por ello, es importante generar dinámicas con perspectiva de género en la atención especializada a las toxicomanías.
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