El aislamiento social en las personas con Trastorno Mental Grave
- Autores: Laura Cano de Lera, Noelia Pablos Ballesteros, Paloma Aranguren Rico, Luis Jesús Díaz Gutiérrez
- Localización: Inclusión social, salud mental y bienestar emocional: perspectivas académicas e interventivas / coord. por Esteban Agulló Tomás, José Antonio Llosa Fernández, Sara Menéndez Espina, Sofía Moreno Gutiérrez, Beatriz Oliveros Fernández, Pablo Puente Baldomar, María Luz Rivero Díaz, Elena Rúa Arruñada, Loreto Ventosa Varona, 2023, ISBN 978-84-09-51497-7, págs. 130-135
- Idioma: español
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Resumen
Diversos estudios constatan que las redes sociales de las personas con Trastorno Mental Grave (TMG) tienden a ser más reducidas que en la población general. Esto es el resultado de un aislamiento social que en algunos casos se gesta desde la etapa escolar y en otros a raíz del diagnóstico de TMG.
El apoyo social percibido está estrechamente relacionado con la calidad de vida, con el bienestar psicológico, con una menor presencia de psicopatología y con menos ingresos hospitalarios. Esto debería colocar a las intervenciones dirigidas a aumentar la red social de esta población en un primer plano, una vez conseguida la estabilización psicopatológica.
Sin embargo, es un área de intervención a la que actualmente se le presta escasa atención, estando muchas veces los programas de tratamiento más dirigidos a la reducción de síntomas que al aumento de la calidad de vida de los pacientes, que implica necesariamente una mejora de la cantidad y la calidad de sus relaciones sociales.
Con frecuencia, la red social de estas personas se compone por un lado por su familia y por otro por los profesionales que les atienden, con los que en muchas ocasiones, cuando el trastorno se cronifica, se mantiene una vínculo terapéutico durante años. En caso de existir vínculos con su grupo de iguales, éstos suelen crearse con personas que acuden a los dispositivos de la red de salud mental.
Uno de los principales escollos a la hora de crear redes sociales ajenas a la salud mental es el estigma que rodea a las personas con TMG. A pesar de los avances de los últimos años, aún prevalencen muchos prejuicios en la sociedad, incluidas en las propias personas con TMG. Hablaríamos en este caso de autoestigma. El autoestigma provoca que estas personas no se atrevan a implicarse en relaciones sociales por miedo a que descubran que tienen un trastorno mental o a que se les trate de un modo diferencial, y que por lo tanto eviten las actividades en las que sea necesario interactuar con otras personas.
Es por lo tanto necesario diseñar intervenciones dirigidas a fomentar las redes sociales de esta población en su comunidad, ayudando de esta manera a reducir el estigma y aumentando su calidad de vida.
