Llevar a acabo un proceso de reingeniería es complejo. Recientes encuestas indican que entre el 60 y 80% de las compañías que han vivido procesos de este tipo en EEUU no están plenamente satisfechas de sus resultados. El autor llama la atención sobre determinadas cuestiones que deberían plantearse los máximos ejecutivos de compañías que piensen en la necesidad de someter a sus organizaciones a un proceso de reingeniería
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