A 73 años de haber sido liberado el campo de concentración de Auschwitz, hoy sigue siendo uno de los símbolos del Holocausto, de la ignominia y de la confirmación de la manifestación de la barbarie humana. Durante la Segunda Guerra Mundial, más de un millón de personas murieron solo por ser judíos, homosexuales, gitanos, romaníes o por tener una discapacidad mental o física; eran los indeseables, por el simple hecho de no formar parte de la raza aria.
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