"Nosotros, los japoneses, tenemos de la industria un concepto macroeconómico. Nuestro único objetivo es reducir costes, y con una alta tecnología crear una nueva demanda a través de esos bajos precios. Ustedes, los europeos, se contentan con mantener posiciones, sin aumentar la demanda y estabilizando la competitividad. Una fórmula así sería suicida para el Japón, que necesita, a base de precios más bajos, aumentar casi indefinidamente la demanda, con el consiguiente crecimiento de la inversión y de los puestos de trabajo".
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