Edgardo M. Morales (res.)
La polémica acerca de la gracia, que hizo explosión en los siglos IV y V, tuvo a san Agustín como su más grande representante.
Con su obra “Confesiones”, que ponía en evidencia la supremacía y precedencia de la gracia de Dios sobre las buenas disposiciones y obras del hombre, el obispo de Hipona suscitó no pocos escozores, sobre todo entre los monjes. Los ascetas del monasterio de Hadrumeto (Túnez) sintieron minusvalorado su esfuerzo y acudieron a san Agustín por medio de cartas pidiendo aclaraciones.
© 2001-2024 Fundación Dialnet · Todos los derechos reservados