Juan Manuel Téllez Lapeira, Alejandro Villena Ferrer, Jesus Lopez Torres Hidalgo, Susana Morena Rayo, Mª Carmen López García
Las demencias causan un gran impacto en la vida de los afectados y de sus familias y provocan efectos sociosanitarios y económicos destacados.
Los síntomas conductuales y psicológicos asociados a la demencia (SCPD) son motivo frecuente de consulta y provocan un importante deterioro en la calidad de vida de los pacientes y sus cuidadores. Los médicos de familia asumimos la responsabilidad de su atención y contamos con guías basadas en pruebas que pueden ayudarnos a mejorar nuestra capacidad de respuesta a estos problemas. Las medidas no farmacológicas de atención al enfermo y a sus cuidadores son la primera elección en el abordaje de los SCPD, aunque los datos que respaldan su uso son limitados en muchos casos. Los síntomas que mejor parecen responder a este tipo de intervenciones son el humor depresivo leve, la apatía, el vagabundeo, el caminar insistente y las preguntas y gestos repetidos.
El uso de fármacos está claramente indicado para los SCPD moderados a graves que interfieren en la calidad de vida del paciente o el cuidador. Los fármacos que han demostrado más efectividad son los neurolépticos, antidepresivos y benzodiacepinas, Sin embargo, su uso debe ser muy cauteloso, considerando la mayor susceptibilidad de estos pacientes a sus efectos adversos. Revisamos las recomendaciones de uso en cada uno de los SCPD y su nivel de evidencia.
La formación, el adiestramiento y la actuación integral y continua de los equipos de atención primaria, con la participación fundamental de los cuidadores, constituyen instrumentos de primer orden en el manejo de este tipo de pacientes.
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