Rodrigo Barrenechea, Paolo Sosa Villagarcía
Este artículo es una revisión del devenir político peruano durante el 2013. El Perú es una democracia sin partidos sostenida en un Estado débil, lo que si bien limita la capacidad de los políticos para establecer vínculos estables con la ciudadanía, no ha afectado seriamente la estabilidad del régimen político. Por un lado, una élite política desprestigiada, precaria y fragmentada coexiste con una influyente tecnocracia económica, fortalecida por los buenos resultados económicos del país en los últimos años. Por otro, esta brecha entre Estado y sociedad hace que la sorprendente (y precaria) estabilidad peruana coexista con signos de descontento entre sectores urbanos que rechazan el sistema político y se ven asediados por la inseguridad ciudadana, mientras que en zonas rurales se registren fragmentados episodios de movilización que dan cuenta de la contracara del crecimiento económico, sostenido en la extracción y exportación de materias primas.
This paper is a review of the main political events of 2013 in Peruvian politics. Peru is a democracy without parties sustained in a weak state, which limits the capacity of politicians to establish stable linkages with citizens, but has not had serious consequences for the stability of the political regime. On the one hand, this discredited, fragile and fragmented political elite coexists with an influential economic technocracy, strengthened by the good economy performance of recent years. On the other, this gap separating state and society makes the surprising (and precarious) Peruvian stability coexist with signs of discontent among urban sectors which reject the political system and are besieged by insecurity; while, the existence of fragmented episodes of mobilization in rural areas show the flipside of economic growth sustained in the boom of commodities.
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