El artículo aborda la trayectoria del poder sindical de los trabajadores de la salud en la postdictadura chilena. Se sostiene que su devenir estuvo ligado al despliegue de una estrategia confrontacional en el marco de la cultura política sindical del sector, que tuvo un momento ascendente y otro declinante. El punto de inflexión de ello fue la “doble” huelga de 1996, cuando se evidenció un desgaste de la combinación de sus recursos de poder estructural, social, institucional y asociativo. Esto los dejó en un lugar secundario y debilitado en términos organizativos, justo cuando debieron enfrentar la reforma sanitaria del gobierno de Ricardo Lagos. Todo esto se analiza a través de un análisis del discurso, tomando como fuentes la prensa, archivos de gobierno y la entrevista a un dirigente sindical del periodo.
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