Ana María Gutiérrez Hubby de Segura
La universidad pública nuevamente pasa por una de sus tantas crisis educativas y econ6micas, las cuales le impiden avanzar hacia la consecución de objetivos académicos de alta calidad. Pero, a pesar del reconocimiento de la crisis y de, en algunos casos, su falta de calidad, diferentes sectores de la sociedad hacen esfuerzos muy grandes por la creación de un sistema que se encargue de la evaluación, acreditación y la certificación de la calidad educativa, ya que el Perú no cuenta aún con un sistema para la acreditación de su educación superior. Es más, aunque la Ley General de Educación garantiza su funcionamiento, no existen señales políticas claras que permitan inferir que el Ejecutivo o el Legislativo tengan la voluntad de crear los organismos que velen por la calidad de la educación superior peruana. No existen en el Perú mecanismos que permitan comparar la homogeneidad de la formación de profesionales de la misma especialidad en dos universidades públicas distintas. El Perú, como uno de los tantos países latinoamericanos que permanentemente están sumergidos en la ingobernabilidad, muestra cifras alarmantes de desempleo y subempleo, producto de su falta de planeación educativa. Por ejemplo, si analizamos la evolución del crecimiento universitario observamos que en 1980 existían en el Perú 35 universidades y este número se incrementó a 56 en 1994 y a 78 en el 2002. En 1980, de las 35 universidades que existían, 25 eran públicas; en 1994 de las 56 universidades, 28 eran públicas; y en el 2002, de las 78 universidades 46 eran privadas. Pero a pesar de este importante incremento de universidades privadas, las públicas siguen albergando el mayor número de alumnos (59% de la población estudiantil). Según estudios realizados por el CONCYTEC, la investigación y el desarrollo (I&D) en nuestro país representa el 0,11% del PBI, una de las más bajas de la región y bastante rezagadas respecto de países como Brasil, Cuba, Chile y Argentina, que tienen un coeficiente de 1,05%; 0,62%; 0,56% y 0,42%, respectivamente. En el Perú, en los últimos 25 años, la inversión en I&D ha descendido de 0,36% del PBI en 1975 a 0,10% del PBI en el 2002. La inversión pública en I&D es alrededor del 55% del total de la inversión y el resto es originada en el sector privado; sin embargo, si se analiza por sectores institucionales se puede observar que las universidades en su conjunto representan aproximadamente el 42% del total de la inversión, siendo muy similar los niveles en las universidades públicas y privadas. Según la Asamblea Nacional de Rectores, en el año 2000, el gasto promedio por cada estudiante de universidad pública en el Perú fue equivalente a 780 dólares, mientras que el promedio para el resto de países en América Latina fue de 937 dólares y de 5595 dólares en Estados Unidos, según datos de la UNESCO para 1998. Entre los años 1991 y 2002, el número de postulantes a universidades públicas aumentó en 66%, asimismo en el 2002 postularon 229 107 jóvenes a universidades públicas, mientras que 62 149 lo hicieron a universidades privadas.
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