El panorama actual en la Educación Superior se encuentra inmerso en un proceso de cambio de innovación educativa. La composición arquitectónica del aula tradicional presenta limitaciones para albergar metodologías de aprendizaje no formal. En la actualidad: Se puede aprender en cualquier sitio y en cualquier lugar. El presente artículo realiza una breve clasificación de espacios intermedios, que pueden albergar alguna modalidad de aprendizaje activo, de forma permanente o temporal. Se establece además una clasificación escalar que tiene como epicentro de expansión la cédula mínima espacial tradicional del aula: El entorno inmediato, el edificio docente, el perímetro del edificio o la propia ciudad. Los arquitectos debemos dar respuesta a la asincronía actual que existe entre las nuevas formas de aprender y el espacio físico que alberga la tipología arquitectónica del aula-clase: Si cambia la forma de aprender, también debe cambiar el espacio donde se aprende.
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