Esperando que la gracia de Dios lo acompañe todos los días, aprovechamos esta carta, para contarle la experiencia que tuvimos al leer su novela El nombre de la rosa, una obra histórica y culturalista con la cual, se consagró como narrador en 1980 según el periódico New York Times, cabe destacar su admirable valentía al publicar una obra tan distinguida por su contenido crítico literario, que abre las puertas hacia la reflexión, la imaginación, la intriga y las polémicas religiosas representativas en aquella época, considerando que esta historia fue desarrollada en 1327, periodo de la edad media, en la que el conocimiento de Dios predominaba sobre todo.
© 2001-2025 Fundación Dialnet · Todos los derechos reservados