José Alexandro Guanotásig Villamarín, Fausto Guerrero Toapanta, Evelin Marcayata Fajardo, Kelly Guadalupe Vásquez Fueltala, Raúl F. Pérez Tasigchana
INTRODUCCIÓN: El síndrome de infusión de Propofol (SIP), es producido por la infusión parenteral de este medicamento a altas dosis (≥ 4 mg/kg/h) durante más de 48 horas, en la sedo analgesia de pacientes críticos; que puede provocar falla multiorgánica y alto riesgo de mortalidad.
CASOS CLÍNICOS: Se analizaron seis casos clínicos en la UCI del Hospital de Especialidades Carlos Andrade Marín (HECAM) que cumplieron criterios diagnósticos, el seguimiento de los pacientes permitió identificar falla multiorgánica.
RESULTADOS: En los seis casos el denominador común fue la hipotensión, acidosis metabólica, alteraciones electrolíticas, el incremento del lactato y la creatina fosfolipasa; el resultado final mostró que un paciente a quien se había retirado el uso de Propofol mejoró su condición clínica de manera temporal, mientras que el resto falleció al mantener su infusión.
DISCUSIÓN: Como se muestra en el estudio la alta suspicacia diagnóstica, pueden hacer la diferencia en la disminución de la falla multiorgánica y la muerte de pacientes. La pandemia puso de manifiesto la fragilidad de las cadenas de fabricación, logística y adquisición de fármacos poniendo en riesgo su disponibilidad, además es fundamental señalar que la farmacovigilancia permanente e institucionalizada puede evitar los desenlaces fatales de las reacciones adversas medicamentosas.
CONCLUSIÓN: El SIP es un evento infrecuente pero mortal que puede ocurrir tras el uso prolongado y las altas dosis del fármaco, incluso en ocasiones a dosis habituales. El diagnóstico oportuno permite su retiro inmediato y mejorar el pronóstico de los pacientes, la farmacovigilancia es un instrumento fundamental para mejorar la seguridad del paciente.
INTRODUCTION: Propofol Infusion Syndrome (PIS) is caused by the parenteral infusion of this drug at high doses (≥ 4 mg/kg/h) for more than 48 hours in the sedation and analgesia of critical patients, which can lead to multiorgan failure and a high risk of mortality.
CLINICAL CASES: Six clinical cases were analyzed in the ICU of the Carlos Andrade Marín Specialties Hospital (HECAM) that met diagnostic criteria, and the follow-up of the patients allowed the identification of multiorgan failure.
RESULTS: In all six cases, the common denominator was hypotension, metabolic acidosis, electrolyte disturbances, increased lactate, and creatine phosphokinase; the final outcome showed that a patient who had Propofol withdrawn temporarily improved his clinical condition, while the rest died by maintaining their infusion.
DISCUSSION: As shown in the study, high diagnostic suspicion can make a difference in reducing multiorgan failure and patient death. The pandemic highlighted the fragility of manufacturing, logistics, and drug procurement chains, putting their availability at risk. Moreover, it is crucial to note that continuous and institutionalized pharmacovigilance can prevent the fatal outcomes of adverse drug reactions.
CONCLUSION: PIS is a rare but deadly event that can occur after prolonged use and high doses of the drug, even sometimes at usual doses. Timely diagnosis allows its immediate withdrawal and improves the prognosis of patients; pharmacovigilance is a fundamental tool to enhance patient safety.
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