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Herida ocasionada por mordedura de perro: caso clínico

  • Autores: Beatriz Pérez Maicas, Marta Vicente Navarro, María Julia Bonilla García, Noelia Polo Navarro, Manuel Lebrón Pérez, Eva María Rillo Calvo
  • Localización: Revista Sanitaria de Investigación, ISSN-e 2660-7085, Vol. 5, Nº. 3, 2024
  • Idioma: español
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  • Resumen
    • español

      La mordedura causada por perro es la más frecuente entre todas las agresiones producidas por animales, correspondiendo al 90% de ellas. No existen estimaciones mundiales de la incidencia de las mordeduras de perro, si bien los estudios indican que son la causa de decenas de millones de lesiones cada año. En general, producen lesiones leves, aunque en ocasiones pueden ser lesiones e infecciones graves si no se tratan rápidamente.

      El profesional de atención primaria debe proceder al tratamiento local de la herida, ya que esta medida reduce la probabilidad de infectarse por el virus de la rabia, al eliminar o inactivar con métodos físicos o químicos. El tratamiento local de la herida consiste en: lavado exhaustivo con agua y jabón, aclarar con abundante agua, aplicación de desinfectante mediante irrigación ya sea alcohol etílico y/o povidona yodada, puede suturar la herida, aunque no se recomienda salvo que sea inevitable por razones de estética o conservación de tejidos. Las suturas tienen que quedar laxas y no interferir en la salida libre de sangre y líquidos de drenaje. También se tiene que valorar la necesidad de infiltrar inmunoglobulina antirrábica humana previo a sutura. En aquellas heridas susceptibles de contaminación y con objeto de prevenir infecciones secundarias a la mordedura, se administra antibiótico de amplio espectro. También, se aplica profilaxis antitetánica de acuerdo a los antecedentes de vacunación del paciente.

      En este caso clínico se realiza un plan de cuidados de enfermería mediante la valoración de las 14 necesidades de Virginia Henderson y las taxonomías NANDA, NOC y NIC.

    • English

      Dog bites are the most common of all animal-related injuries, accounting for 90% of them. There are no worldwide estimates of the incidence of dog bites, although studies indicate that they are the cause of tens of millions of injuries each year. In general, they produce mild injuries, although sometimes they can be serious injuries and infections if not treated early.

      The primary care professional should treat the wound locally, as this reduces the likelihood of becoming infected by the rabies virus by eliminating or inactivating it by physical or chemical methods. Local treatment of the wound consists of: thorough washing with soap and water, rinsing with plenty of water, application of disinfectant by irrigation either ethyl alcohol and / or povidone iodine, the wound can be sutured but is not recommended unless unavoidable for aesthetic reasons or tissue preservation. The sutures must remain lax and not interfere with the free outflow of blood and drainage fluids. The need to infiltrate human rabies immunoglobulin prior to suturing should also be assessed. In those wounds susceptible to contamination and in order to prevent infections secondary to the bite, broad-spectrum antibiotics are administered. Anti-tetanus prophylaxis is also applied according to the patient’s vaccination history.

      In this clinical case, a nursing care plan is made using Virginia Henderson’s 14 needs assessment and the NANDA, NOC and NIC taxonomies.


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