Yo creo que a quien tenían que haber casado con la estatua de la Libertad no es al Cristóbal Colón de Barcelona, sino al gigante sevillano Alfonso Guerra. Al fin y al cabo, socialismo es libertad y sólo la estatura histórica, política y cultural de Alfonso Guerra puede emparejarse con esa figura de la Libertad que ilumina el mundo con su antorcha y que recibe al viajero que llega a Nueva York, símbolo de la patria de las libertades.
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