Según la tradición popular y algunos testimonios de época recogidos en libros, fue en las costas de Tesico de la antigua villa de San Juan de los Remedios donde Lucifer plantó la puerta para comunicarse con sus devotos y en la cueva de El Boquerón construyó su guarida. La llave le fue entregada a una vieja cabalista, llamada Juana Márquez, quien custodiaría la entrada de sacerdotes e intrusos que quisieran acceder al abismo sin el permiso permitido. Las apariciones de Lucifer a los habitantes de la región comenzaron a efectuarse a través del cuerpo de Leonarda, una negra sumisa que era poseída por él, la que con un lenguaje extraño e irregular voz daba órdenes y predecía el futuro. Ella era su esclava favorita hasta que el sacerdote José González de la Cruz, en acto de exorcismo, logró expulsar de su cuerpo a Lucifer y todos los demonios que la habitaban, ante el alcalde, notario y escribano, los que dieron fe de tal acto. A pesar de la oscuridad que causaban estas herejías, se encontraba por aquellos años en todo su esplendor, el hallazgo más apreciado de la historia cristiana de Remedios: la aparición de la Virgen del Buenviaje en una de las costas cercanas. La imaginación popular canaria aplatanada en nuestros campos inventó un cuerpo 'para este diablo totalmente convertido en cubano, lo hizo un multiforme. Quienes se encontraron con él, aquí en la.Isla, dicen que tenía piel, barbas, cuernos y patas de caprino, alas de murciélago, un rabo largo y fino como un ratón o serpiente y que, cuando se encolerizaba, echaba fuego por los ojos, la nariz, las orejas y la boca. Todo el que lo ha visto, lo describe de la forma comentada, con muy pocas variantes, porque en la imaginación cubana. no se concibe el diablo de otra manera.
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