Resumen de Casa del Relojero de la Catedral: Valencia. Spain
Contell Martínez Arquitectos, María Dolores Contell Jurado, Juan Miguel Martínez López
Este proyecto, situado junto a la Catedral de Valencia, ha sido capaz de sobreponerse a las dificultades propias de un trabajo de rehabilitación situado en un entorno conflictivo, en función de su complejidad histórica y urbana.
La manzana delimitada por las calles Micalet, Bordadores, Cobertizo de Bordadores y Subida del Toledano, situada junto a la Catedral de València posee una historia cercana a la fundación de la ciudad, destacando la construcción a finales del siglo XVIII de la Casa del Relojero de la Catedral. El conjunto constituía una manzana compacta de viviendas estrechas de varias alturas entre medianeras.
A mediados de los años cincuenta del siglo veinte se demuele la totalidad de la manzana, aduciendo su estado de ruina, salvándose la Casa del Relojero, como un edificio exento descontextualizado. El ignominioso solar que subsiste a los pies de la catedral durante setenta años, es prueba manifiesta de su complejidad, en el que mientras unas partes exigían que se recompusiera la manzana compacta, otras, sin embargo, solicitaban que el solar se transformara en una plaza y que la Casa del Relojero se mantuviera como una suerte de tótem. Ante esta dualidad, el planeamiento reciente estipula que la manzana ha de constituirse en equipamiento público cultural, con carácter unitario, donde se recuperen las trazas históricas, pero permitiendo construir únicamente un porcentaje de la superficie libre actual. Esta norma también establece, entre otros, que la nueva edificación debe alinearse a la existente, que las nuevas cubiertas han de ser planas, así como un porcentaje de huecos máximo para cada fachada, a modo de recreación de los antiguos muros de carga. La necesaria urbanización del entorno inmediato, así como la finalización y adecuación de los espacios interiores y su musealización, deberán realizarse posteriormente, quedando fuera del presente proyecto.
La propuesta explora el potencial de la arquitectura como transformación construyendo una nueva memoria del lugar, que fluctúe tanto hacia el pasado como hacia el futuro y que hilvane ambas miradas en una trayectoria coherente. La trama histórica y su recuperación se interpretan como un elemento generador de orden propio de Ciutat Vella, no como un principio restrictivo, sino como ente dinámico con capacidad de generar flujos y acotar espacios.
La transformación deriva también de los usos requeridos, que afectan a la tipología y a la escala de la intervención, propias de un equipamiento público. La nueva edificación se extiende a partir de la huella de la edificación existente, liberando la esquina más constreñida de la manzana opuesta a la Casa del Relojero generando un espacio que puede ser entendido como el patio de los palacios históricos cercanos o como una nueva plaza de uso público. Esta estrategia de crecimiento permite que ambas construcciones funcionen como un conjunto, pero también posibilita que la edificación histórica protegida mantenga su circulación vertical y que constituya una pieza expositiva en sí misma.
Se establece una relación con el contexto inmediato disolviendo los límites de la planta baja que interconecta y dinamiza el espacio urbano. Los muros que definen la trama histórica se recortan generando nuevas visuales y mejorando la calidad ambiental. Los enfoscados de cal, las cubiertas cerámicas, la pátina de los metales o el hormigón que adquiere los mismos tonos que la torre del Micalet, se relacionan directamente con las edificaciones cercanas, pero se establece también una relación basada en el tiempo, como materia intangible que ha ido condensándose desde la fundación romana de la ciudad.
