Ericka Hütt Centeno, Juliana Salas Segura
La rehabilitación cardiaca se ha convertido en una herramienta terapéutica en la cardiología moderna y aunque fue introducida tan temprano y con tanta evidencia, no ha sido ampliamente utilizada por la comunidad médica. El primer objetivo de la rehabilitación cardiaca fue ayudar a los pacientes a readquirir autonomía y a mejorar la actividad física regular, pero hoy en día los programas constan de más componentes y hay estudios clínicos que muestran su impacto positivo en la mortalidad. Actualmente, los programas de rehabilitación cardiaca son multidisciplinarios y se componen de tres fases las cuales incluyen la movilización temprana del paciente posterior a un evento cardiovascular, el cuidado postoperatorio, la optimización del tratamiento médico, la elaboración de un programa de actividad física, consejería de estilos de vida saludables y manejo de las comorbilidades, entre otras. El médico general, al igual que el médico de atención primaria debe implementar estas medidas de prevención secundaria en su consulta ya que la evidencia de los beneficios que se obtienen en cada una de estas fases es clara
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