Es escaso, reluciente, pesado y casi indestructible. Fácil de guardar e identificar y prácticamente infalsificable. Desde que el hombre es hombre, este metal amarillo de brillo inconfundible ha encarnado la riqueza y el poder y ha sido, en sí mismo, la mejor moneda de cambio. Ahora, el mundo entero vuelve a considerarlo como una de las mejores formas de inversión para aquellos que quieran proteger parte de su dinero de los vientos de recesión económica que empiezan a soplar. No da más rentabilidad que la de una posible subida de precio, pero ofrece a cambio la máxima seguridad y liquidez. Si le interesa refugiar su dinero a largo plazo, sepa cómo y dónde comprar y vender este metal y qué nuevas posibilidades se le ofrecen al ciudadano de a pie en el mercado financiero español.
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