Aparte de las consecuencias que para nuestra economía significa la mala evolución de la internacional, es evidente que deben preocuparnos tres importantes problemas interiores: el de la inflación; el de la balanza comercial, con excesiva tenacidad negativa, y el de la conflictividad laboral y las consecuencias que pueden derivarse de las medidas empleadas por la Administración para tratar de normalizar la marcha de nuestra economía.
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