En el Hospital Dos de Mayo y en la Sala “San Pedro”, el paro cardíaco de un paciente nos hizo correr y colocarnos alrededor de él. Minutos más tarde recibíamos una de nuestras primeras lecciones como estudiantes de medicina en dicho hospital: “Un buen médico debe observar siempre 3 reglas básicas: 1°. No hacer daño, 2º. No obstaculizar al que puede realmente ayudar y 3º. Prepararse bien para ayudar en el momento difícil en el que pocos saben que hacer”. Era el Dr. HOMERO SILVA DIAZ que nos hacía ver cuanto habíamos obstaculizado con nuestra curiosidad, la labor de los que atendían.
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