El archivo de Gregorio Hernández de Alba contiene un extenso cuerpo de información etnográfica sobre la comunidad indígena de Guambía que revela que el etnólogo, más que investigador de terreno, fue gestor de los estudios de otros. Entre ellos, se destaca el trabajo del antropólogo norteamericano John Howland Rowe en compañía de su informante indígena, Francisco Tumiñá Pillimué. El artículo explora cómo el conocimiento y las investigaciones hechas por Tumiñá contribuyeron a la riqueza de este repositorio etnográfico y cómo Hernández de Alba recurrió a esta información para elaborar el libro Nuestra gente (Namuy misag). Arguye que Tumiñá debe ser considerado, no como una víctima de la apropiación etnológica por agentes externos, sino como un creador de conocimiento.
Gregorio Hernández de Alba’s personal archive contains an extensive body of ethnographic information concerning the Indigenous community of Guambía, which reveals that more than a field researcher, he was a manager of ethnographic information collected by others. Among them, the work of the North American anthropologist JohnHowland Rowe stands out, as well as that of his Indigenous informant, Francisco Tumiñá Pillimué. The article explores the extent to which Tumiñá’s personal knowledge and his own research contributed to the wealth of information in this ethnographic archive, and how Hernández de Alba used this information to write Nuestra gente (Namuy misag). It argues that more than a victim of ethnological appropriation by external agents, Tumiñá must be considered as a creator of knowledge.
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