Una filtración a la prensa local de Málaga impidió la desarticulación del único grupo del GRAPO, aún en activo, cuando ya estaba localizado por la policía en un apartamento. Esta banda terrorista había logrado reorganizar, aunque muy en precario, un comando que debía actuar en la región andaluza. Sus cuatro integrantes, un hombre y tres mujeres, ignoraban que eran seguidos de cerca por la policía hasta que lo leyeron en los periódicos. Se supone que la noticia les alertó y desparecieron inmediatamente. Y unos días después reaparecían en Valencia, asignándose la autoría de un atentado contra un policía.
© 2001-2025 Fundación Dialnet · Todos los derechos reservados