Hace ahora dos meses, en junio, la dictadura cubana sufría una de sus más importantes deserciones. Apenas un mes después de que el general de la Fuerza Aérea, Rafael del Pino, escapase a bordo de una avioneta, pedía asilo a los norteamericanos el mayor Florentino Aspillaga, más conocido por el alias de Julio Lombard, y destacado miembro de los servicios de inteligencia cubanos. Esta es la primera entrevista que concede y en ella efectúa una revelación soprendente: la irritación de una parte de los servicios de espionaje contra el propio Fidel Castro y su régimen. Este es un tema poco conocido de la realidad cubana.
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