Adolfo Suárez anunciará, esta misma semana, una amplia reorganización de su partido. Su estrategia, entretanto, se basa otra vez en el silencio. Rehúye a la prensa y aguarda, pacientemente, a que AP y PSOE acaben de desgastarse en batallas internas. El viento sopla a su favor de cara a 1989.
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