El acaparamiento de recursos naturales en Honduras ha afectado directamente a las comunidades indígenas en cuyos territorios se llevan a cabo proyectos extractivistas. Sin embargo, las organizaciones sociales se han organizado para combatir la destrucción de la biodiversidad natural, los desplazamientos, la desposesión y la criminalización. Este artículo examina las estrategias empleadas por la Organización Fraternal Negra de Honduras (OFRANEH) y, concretamente, por la activista Miriam Miranda, para proteger a las comunidades mediante políticas del cuidado alternativas basadas en la sanación de los cuerpos y de los territorios garífunas, en el autocuidado, el cuidado colectivo y el apoyo mutuo.
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