El virus West Nile es un flavivirus transmitido por varias especies de mosquitos, principalmente del género Culex, que tiene su principal reservorio en las aves, aunque también replica con éxito en muchos anfibios y reptiles. Los humanos y los caballos no son hospedadores competentes, es decir, el virus no puede replicar lo suficiente en su sangre para infectar a un mosquito que se alimente de su sangre, pero sí pueden sufrir una enfermedad grave conocida como fiebre del Nilo Occidental debido a la infección por este virus. Sin embargo, el 80% de las infecciones en humanos son asintomáticas, casi el 20% desarrolla síntomas leves, parecidos a los de una gripe suave, mientras que menos del 1% puede sufrir síntomas graves, como meningoencefalitis y fiebres elevadas, pudiendo producir la muerte o secuelas a largo plazo.
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