Para pedirles perdón a los judíos se han metido todos en la sinagoga y se han puesto el casquete, o sea, la kipá, y no sé yo si se habrán hecho también la circuncisión, que eso sí que habría sido una atención, un detalle, una solidaridad, una ordalía, porque el pan ázimo, el candelabro de los siete brazos, la estrella de Israel, la kipá y el muro de las lamentaciones, todo eso es fácil, salam, pero lo de la circuncisión es una penitencia cruenta, y ahí te quiero yo ver, escopeta.
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