Ahora ya se explica uno por qué al Descubrimiento quieren llamarle Encuentro. No es que sea el Encuentro de dos culturas, o de dos continentes, o de dos mundos, sino el Encuentro de dos galaxias, la galaxia Guerra y la galaxia Aznar. Seguramente les han sentado juntos en la Expo'92 para darle la razón a José María Cuevas, quien ve en Alfonso Guerra la ley de bronce de los beneficios de la empresa, y en José María Aznar, la complacencia en los sindicatos. O sea, un compadreo anticapitalista.
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