La tuberculosis de la espina vertebral es la localización más frecuente después de la pulmonar, representando el 40% de las tuberculosis osteoarticulares. Es más frecuente en los niños de dos a cinco años de edad y la localización en la columna privilegia a la porción dorsal. El Señor Percival Pott, en 1779, reconoció la joroba dorsal, el absceso osifluente y los trastornos neurológicos de la misma etiología, lo que es conocido como Mal de Pott, aunque al momento estas tres situaciones se las considera como complicaciones de la tuberculosis de la columna. El origen tuberculoso se estableció a principio del siglo XIX por Delpech y Nelaton. La histología ósea esponjosa del cuerpo vertebral favorece la implantación del germen, rápidamente genera compromiso del disco y del cuerpo vertebral vecino. El micobacterium tuberculoso llega al cuerpo vertebral de un foco extraarticular primario, casi siempre pulmonar.
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