La estenosis de la arteria renal puede ocurrir sola (hallazgo anatómico aislado), o en asociación con hipertensión, insuficiencia renal (nefropatía isquémica) o ambas. Entre las enfermedades primarias vasculares que producen estenosis tenemos: estenosis ateroesclerótica, más frecuente en la sexta década de la vida; y la displasia fibromuscular, que se presenta en mujeres jóvenes. Entre los factores de riesgo tenemos: hipercolesterolemia, diabetes, tabaquismo, factores genéticos. Para el diagnóstico se utilizan procedimientos no invasivos (prueba de captopril, ultrasonografia duplex, tomografía computada, resonancia magnética con gadolinio), e invasivos (angiografía contrastada). El tratamiento está basado en el uso de inhibidores ECA y bloqueantes AT1. Se utiliza con buen resultado la revascularización quirúrgica o revascularización percutánea con balón con o sin stent. En un buen porcentaje de casos se obtiene recuperación de la función renal y mejoría de la hipertensión. El objetivo de esta revisión es tener presente a la estenosis de la arteria renal como una causa de hipertensión arterial potencialmente reversible cuando es detectada a tiempo.
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