Madrid, España
La Guerra de los Diez Años (1868-1878) puso a prueba al Ejército español, que enfrentó dificultades para adaptarse a las tácticas de los mambises. Estos combatientes, familiarizados con el terreno y el clima de la isla, llevaron a cabo una guerra irregular y no sufrieron las enfermedades tropicales que diezmaron a las fuerzas españolas. Al inicio del conflicto, muchas unidades estaban incompletas, lo que resultaba en una insuficiencia de tropas para enfrentar a los insurrectos. Además, había carencias significativas en equipamiento, transporte y condiciones higiénico-sanitarias. La caballería y la artillería también eran escasas, y las unidades de voluntarios y milicias solo existían nominalmente después de años de paz. Se tuvo que organizar batallones de movilizados y unidades de voluntarios, así como enviar tropas desde la Península para hacer frente a la situación.
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