El incremento constante de la prevalencia de enfermedades crónicas no transmisibles se debe no solo al envejecimiento de la población sino también al estilo de vida moderno. Es por ello que, la actividad física insuficiente y el incremento de las conductas sedentarias, son un problema de salud pública y un factor de riesgo importante para la aparición y desarrollo de enfermedades crónicas comunes como la obesidad, el síndrome metabólico, la resistencia a la insulina, la diabetes tipo 2, cierto tipo de cánceres, y trastornos de salud mental, entre otros. La indicación de ejercicio físico atendiendo a las características y necesidades individuales, es la piedra angular en la prevención primaria y secundaria de las enfermedades, impactando favorablemente en la mejora de la sintomatología asociada, el pronóstico de la enfermedad, la salud, y la calidad de vida de la población.
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