La novela Pepita Jiménez plantea una impugnación contra la capacidad del discurso católico para representar la realidad debido a su cualidad explícitamente intertextual, su elusión ascética de la percepción sensorial, sus procedimientos de idealización y ficcionalización y su interpretación de la naturaleza como un libro de signos. Analizo cómo utiliza Valera la ironía, la parodia del misticismo y el romanticismo, la jerarquización y confluencia de voces narrativas y el argumento del consenso, entre otras operaciones retóricas, para presentar su ideología como la única verdad que explica la realidad y asimismo garantiza la continuidad del orden social normativo.
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