El embarazo de Carlo, un hermafrodita filipino, ha convulsionado a las comunidades científicas, eclesiásticas y jurídicas. No sólo por la dificultad que entraña el que un hermafrodita pueda quedar en estado -sólo se conocen otros dos casos en el mundo-, sino por el problema jurídico de que una persona registrada civilmente como hombre se convierta en madre. Este caso ha puesto de relieve la necesidad de que no se determine a la ligera si un recién nacido es varón o hembra, puesto que, aproximadamente, en uno de cada 300 nacimientos se da un caso de trastornos intersexuales.
© 2001-2025 Fundación Dialnet · Todos los derechos reservados