El sistema energético global es altamente insustentable debido a su extrema dependencia de fuentes no renovables como los combustibles fósiles, que en la actualidad representan el 81% del suministro de energía. El crecimiento sostenido que ha ocurrido a partir de la Revolución Industrial se debe a la explotación de esta herencia geológica finita que estamos gastando a un ritmo acelerado. La producción de petróleo convencional ha llegado a su máximo en la década pasada, provocando un incremento espectacular del precio del crudo y el fin de la energía barata. El petróleo de mejor calidad y mas fácil de extraer has sido ya descubierto y en buena medida ya explotado. Los altos precios del crudo han permitido iniciar la explotación del petróleo no convencional que se caracteriza por altos costos de producción, menor ganancia energética y mayor impacto ambiental. La expansión de la economía global de las últimas décadas se ha basado en energía barata en cantidades continuamente crecientes. Esta era ha llegado a su fin. Esto impone un cambio de paradigma y el abandono del consumismo para transitar hacia una sociedad post-petrolera, que debe necesariamente sujetarse a la menor disponibilidad energética que provén las energías renovables.
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