Existen múltiples mitos alrededor de los cigarrillos electrónicos, algunos de éstos han determinado que su popularidad haya crecido de manera importante en los últimos años. Por ejemplo, en diversos sitios de internet se argumenta que son seguros ya que su uso no afecta la salud como lo hacen los cigarros de tabaco, por lo que pueden ser una alternativa socialmente aceptable de consumo y también pueden ser una herramienta que ayude a dejar de fumar a personas que así lo deseen. En contraste, cada vez hay más evidencias científicas que demuestran que la composición del vapor que emiten tiene gran cantidad de sustancias tóxicas que pueden dañar la salud de los consumidores, provocar adicción e incluso llegar a explotar y causar daños severos en rostro y manos. A raíz de ello, existe confusión entre la población de cuáles son los riesgos o beneficios al emplearlos. Este artículo pretende esclarecer algunos mitos y presentar realidades sobre el tema, que le permitirán al lector tener un conocimiento científico y crítico sobre el uso de estos productos. Se menciona qué son, cómo funcionan, qué sustancias tóxicas contienen, su cuestionable utilidad como una ayuda para dejar de fumar y cuál es la situación en nuestro país sobre su comercialización.
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