Firme defensor de la estética queer y la diversidad en el mundo de la ópera, el sopranista Samuel Mariño (Caracas, 1993), capaz de cantar en la tesitura de soprano, vive sus recitales de ópera barroca como un show de disfraces, travestismo y virtuosismo vocal, sumando cada vez más adeptos por todo el mundo. El cantante, que el pasado mes de marzo ofreció dos recitales en España, ha grabado su primer disco en solitario (Decca) y ya ha protagonizado también sus primeras incursiones en la ópera escenificada.
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