Los protagonistas de algunas novelas juveniles tienen una intensa relación con el mundo teatral: en la escuela, leen textos dramáticos, miran películas basadas en obras de teatro, realizan la puesta de escena de distintas adaptaciones teatrales y discuten sobre Shakespeare, sus reescrituras y las características del teatro isabelino, mientras que, en su tiempo libre, participan en talleres y asisten al teatro, ya sea un corral en el siglo XVII o una sala en el siglo XX. Ante este panorama, consideramos valioso explorar esos episodios y analizarlos en función de dos aspectos: en primer lugar, qué elementos toman del teatro aquellas novelas para incluirlos en las historias que narran y qué aportes realiza dicha inclusión en las novelas juveniles; a continuación, qué función pedagógica cumplirían las novelas juveniles que abordan el teatro.
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