Desde los últimos doce meses, Internet y la Red han estado de moda en los mundos de los negocios y el ocio, proliferando su uso. Las instituciones de enseñanza superior, sobre todo en el Reino Unido, han sido líderes tradicionales en el uso de Internet, sobre todo en los servicios de E-mail y provisión de datos. Y se ha hecho tan popular que ha iniciado una floreciente práctica tutorial de transmisión de material de estudio y de consulta de fuentes. Algunas universidades estadounidenses ya han convertido en obligatorio el empleo de ordenadores para transmitir el contenido de los cursos. Esta comunicación versará sobre el empleo de las comunicaciones informáticas en la educación y en la Historia en particular. Nos cuestionaremos si la práctica del empleo de tales tecnologías proporciona clases de calidad, fuentes superiores y foros dinámicos de discusión o si tales tecnologías son solo una forma de reducir compromisos de enseñanza y tutoría de profesorado y la negación del contacto interpersonal. Mostrará la presión continua de ser visto como progresista y se preguntará si esto esta tomando importancia respecto a las necesidades pedagógicas del alumnado. También examinará las publicaciones académicas y éticas de la tecnología de la enseñanza On-line y hasta dónde conducen estos elementos, el papel de los historiadores y si tenemos el deber de crear un corpus de material académico en la Red que rete la visión de la historia de los no especialistas o, por el contrario, si debemos considerar la Red como un instrumento de empobrecimiento intelectual, que debe ser evitado a toda costa.
In the past twelve months the internet and the World Wide Web have been very much in vogue in the world of business and leisure, and their use is proliferating. Higher Education institutes, especially in the UK, have traditionally led the field in internet use, particularly with e-mail and central information provision. In higher education too though, use of the internet is becoming increasingly popular and has been devolved, so that the practice of delivering course administration, course materials and sources to students via computer, is burgeoning. Some North American universities have already introduced mandatory use of computers for communicating course details. This paper will discuss the use of computerised communications in education in general and history in particular. The paper will ask if the practice of using state-of-the-art technologies provides students with quality lectures, superior source materials and dynamic discussion forums, or whether such technologies are only good for reducing teaching and seminar commitments of lecturing staff and negating person to person contact. It will look at the unrelenting pressure of being seen to be progressive and ask if this is taking precedence over the pedagogic needs of the students. It will also examine the scholarly and ethical implications of on-line educational technology and how far these elements are being addressed. It will look at the role of historians and ask if we have a duty to create a scholastic body of material on the Web which challenges the historical views presented by non academics, or whether we should regard the Web as an instrument of intellectual disempowerment, to be avoided at all costs.
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