Más de 2,5 millones de ciudadanos de las ex repúblicas yugoslavas han conseguido en los dos últimos años el triste privilegio de ser catalogados como "refugiados". Con todo, ha sido tras el pasado mes de mayo, cuando las cifras se han disparado. De 1,4 millones se pasó a la cantidad ya citada en julio, tras la utilización masiva de la denominada política de "limpieza étnica". Hacinados en campos de deportes, antiguos camping, tiendas de campaña..., los desplazados se han convertido en una carga que nadie quiere asumir. "Europa, sin embargo, no parece todavía darse cuenta del alcance de esta tragedia. ¿A qué esperan?, ¿a que seamos 5 millones? Creo que para ustedes tan sólo somos escoria", señala con amargura una anciana musulmana en un centro de acogida de Split.
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