Uno de cada cien parados españoles con derecho al subsidio de desempleo ha intentado salir del negro agujero del paro utilizando la solución que desde hace dos años le ofrece la Administración: cobrando de una sola vez las prestaciones y haciéndose así con un capitalito con el que empezar un negocio. Los trámites no obligan a mucho papeleo y son rápidos. Pero la concesión de las demás ayudas que existen de fomento de la creación de empleo y con las que cuentan quienes se lanzan a esta arriesgada aventura sigue dominada por la burocracia y la desidia. La iniciativa del pago único para la autogeneración de empleo, un acierto de la Administración, puede, por este motivo, quedarse en agua de borrajas. He aquí datos y ejemplos.
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