El deterioro de la economía se ha convertido en motivo de fricción en el seno del Partido Socialista. Por vez primera, su vicesecretario general, Alfonso Guerra, ha reconocido una pérdida de intención de voto para el PSOE, frente a un ascenso de la oposición. Algunas de sus manifestaciones ante el grupo parlamentario socialista sugieren, asimismo, el propósito de propinar un varapalo al presidente Felipe González, si bien ejecutado en el trasero del ministro de Economía y Hacienda, Carlos Solchaga.
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