La Cárcel de la Manifestación, edificada en Zaragoza en 1556, tenía una doble función: mantener a los presos a disposición de la justicia y garantizar sus derechos. Estos derechos, o libertades, explican que la prisión fuera conocida como “Cárcel de la Libertad”. El éxito de esta designación, que remite al orden foral del que dicho lugar de encierro cautelar era pieza clave, estriba en que el recinto se hizo también famoso por la permeabilidad de sus muros. En efecto, en la Cárcel de la Manifestación, los presos conseguían comunicarse entre sí y con el exterior, llegando incluso a evadirse con gran facilidad. En el presente artículo, se examinan las distintas facetas de la porosidad de la cárcel de la libertad, centrando el estudio en los meses en que dicha prisión custodió a Antonio Pérez.
La Prison de la Manifestación, construite à Saragosse en 1556, devait maintenir les prévenus à la disposition de la justice tout en garantissant leurs droits. Du fait que ces droits étaient appelés “libertés”, la prison fut connue sous le nom de cárcel de la libertad. Le succès de cette désignation, qui renvoie à l’édifice des lois (ou libertés) aragonaises, est également lié à la porosité de ses murs. En effet, dans cet établissement, les prisonniers parvenaient à communiquer facilement entre eux et avec l’extérieur et les évasions étaient réputées aisées. Le présent article examine les différentes facettes de cette porosité en concentrant son attention sur la courte période pendant laquelle Antonio Pérez y fut enfermé (1590-1591).
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