La experiencia cubana en el contexto de la Guerra Fría ha merecido una especial atención por su contexto geopolítico donde surge, a la sombra de los Estados Unidos. El presente trabajo, si bien parte de la existencia del conflicto bipolar entre Estados Unidos y la Unión Soviética, plantea construir y recuperar la capacidad de agencia de los países como Cuba que, en teoría, carecerían de los elementos tradicionales para formular objetivos nacionales en marcos globales. La existencia de Movimiento de Países no Alineados y de la dinámica de descolonización en el sudeste de Asia y África subsahariana ofrecerían a la dirigencia revolucionaria cubana la oportunidad de trascender el marco latinoamericano al buscar integrarlo a un espacio tricontinental de lucha revolucionaria. El artículo propone el concepto “poscolonial” al referirse a los países de lo que ahora se denomina “Sur Global”, así como Guerra Fría sin más, al de “Guerra Fría Global” por considerar que el periodo histórico aludido es global por sí mismo donde se observan dinámicas globales en las relaciones internacionales entre los actores y espacios geográficos aludidos. Existe evidencia que este interés se manifiesta desde 1959, antes de la crisis de los misiles de octubre de 1962, cuando se hace evidente el alineamiento cubano con la URSS, es decir, antes de la aparición del corpus doctrinal marxista que definiría este tipo de políticas como “internacionalismo proletario”. Paralelamente, uno de los promotores de este proyecto, junto con Fidel Castro, el comandante Ernesto Guevara, iniciará su eclipse dentro de la élite revolucionaria cubana, en parte por las contradicciones propias de la relación de Cuba con la URSS.
The Cuban experience in the context of the Cold War has deserved special attention due to its geopolitical context where it emerged, in the shadow of the United States. The present work, although based on the existence of the bipolar conflict between the United States and the Soviet Union, proposes building and recovering the agency capacity of countries like Cuba that, in theory, would lack the capacity to formulate national objectives in global frameworks. The existence of the Non-Aligned Movement and the dynamics of decolonization in Southeast Asia and sub-Saharan Africa would offer the Cuban revolutionary leadership the opportunity to transcend the Latin American framework by seeking to integrate it into a tricontinental space of revolutionary struggle. The article proposes the concept “postcolonial” when referring to the countries of what is now called “Global South,” as well as Cold War without further ado, to the “Global Cold War” considering that the historical period referred to is global in itself. where global dynamics are observed in international relations between the actors and geographical spaces referred to. There is evidence that this interest has been manifest since 1959, before the missile crisis of October 1962, when the Cuban alignment with the USSR became evident, that is, before the appearance of the Marxist doctrinal corpus that would define this type of policies. as “proletarian internationalism.” At the same time, one of the promoters of this project, along with Fidel Castro, Commander Ernesto Guevara, will begin his eclipse within the Cuban revolutionary elite, in part due to the contradictions inherent in Cuba's relationship with the USSR.
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