Desde el final de la Segunda Guerra Mundial, los problemas del crecimiento económico han pasado a ocupar un puesto preponderante en la teoría económica. Esto es fácil comprobarlo cotejando artículos y libros publicados en los últimos diez o quince años con lis-tas de, por ejemplo, la década de los treintas, en que el predominio correspondía en forma sustancial a temas vinculados con los procesos cíclicos. Como consecuencia natural de esta preocupación por los problemas del crecimiento, se ha observado no sólo la existencia de nuevos aportes en importante cantidad, especial-mente modelos de crecimiento, sino también un activo renacer del interés por los clásicos que, como señala Baumol en su “Economic Dynamics”, se caracterizaron por ambiciosos intentos de analizar el crecimiento del conjunto de la economía a través de largos períodos. Es bien sabido, por otra parte, que la escuela neoclásica centró su atención en el equilibrio del empleo de recursos dados y los economistas, como también apunta Baumol, se hicieron en general más cautos y menos audaces, con lo que las grandes concepciones sobre el crecimiento económico pasaron a un segundo plano. Todo ello explica que el gran interés actual por los problemas del crecimiento se conecte con el pensamiento clásico, pues, en alguna forma, la actual tendencia representa una “actualización del espíritu inicial” con que surgió en Smith y Ricardo la economía política.
Since the end of World War II, problems of economic growth have come to occupy a prominent place in economic theory. This is easy to verify by comparing articles and books published in the last ten or fifteen years with lists from, for example, the 1930s, in which the predominance corresponded substantially to topics linked to cyclical processes. As a natural consequence of this concern for the problems of growth, we have observed not only the existence of significant new contributions, especially growth models, but also an active revival of interest in the classics that, as Baumol points out in his “Economic Dynamics” were characterized by ambitious attempts to analyze the growth of the economy as a whole over long periods. It is well known, on the other hand, that the neoclassical school focused its attention on the balance of the use of given resources and economists, as Baumol also points out, generally became more cautious and less bold, with which the great conceptions about the economic growth took a backseat. All of this explains why the great current interest in the problems of growth is connected with classical thought, since, in some way, the current trend represents an “updating of the initial spirit” with which political economy emerged in Smith and Ricardo.
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