La planta del tabaco es originaria de América y ha sido utilizada por el ser humano. Su componente químico, la nicotina, genera adición por su efecto doble, pues estimula y seda a la vez, produciendo una sensación placentera al activar la vía dopaminérgica y a los receptores colinérgicos y nicotínicos del sistema nervioso central (1). Esta adicción, es una de las principales causas de muerte y enfermedad ”ya que contiene más de 7000 sustancias químicas, de los cuales al menos 250 han sido identificadas como perjudiciales para la salud y al menos 70 son carcinogénicas” (2), provocando enfermedades cardiovasculares, respiratorias, cáncer, entre otras.
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