Resumen de COVID-19 y Salud Mental. Desigualdades de género en el impacto psicosocial de la pandemia
Isabel Ruiz Pérez (coord.), Anna Berenguera, María del Carmen Fernández Alonso, Jesús Henares Montiel, Constanza Jacques-Aviñó, Ignacio Ricci Cabello, Maria Jesús Serrano Ripoll
La pandemia por COVID-19 ha creado un entorno en el que se exacerban muchos factores condicionantes de una mala salud mental entre los que destaca el confinamiento y, por tanto, el aislamiento físico y social. Además, las limitaciones de acceso a las consultas presenciales han podido tener un mayor impacto en personas con problemas de salud mental, personas mayores, adolescentes, personas con discapacidad, institucionalizados, víctimas de Violencia de Genero (VG), con diferencias en poblaciones rurales y urbanas, siendo aún mayor en mujeres. La revisión realizada por la colaboración COVID-19 en 204 países, pone de relieve que en España se produjo uno de los incrementos más elevados de problemas de SM: entre el 29,2 y 34,9% en los trastornos de depresión mayor y entre el 28,8 y 32,2% en los trastornos de ansiedad.
Todos los estudios analizados muestran, en todos los países, la existencia de importantes diferencias de género en la salud mental siendo los datos más negativos para las mujeres. Entre los factores que se relacionan con una peor salud mental durante el confinamiento, se encuentran el padecer situaciones de violencia sea con la pareja u otras personas convivientes del hogar, vivir en viviendas inadecuadas (sea por tamaño, luz y/o falta de espacio exterior) así como asumir tareas de cuidado a menores.
Otros factores que influyen en una peor salud mental, sobre todo en mujeres, es haber tenido síntomas de COVID-19, tener preocupación por contraer la infección y/o convivir con una persona que pudiera estar contagiada de COVID- También se aportan datos del mayor riesgo en profesionales sanitarias mujeres que en hombres, en cuanto a sufrir depresión, estrés, ansiedad y burnout relacionado con la pandemia. Según el enfoque de economía política feminista, se apunta que las trabajadoras sanitarias han padecido de violencia estructural, añadiendo además a su papel de sanitarias, su papel de cuidadoras y los problemas de conciliación ya conocidos.
